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¿Eres de l@s que comenzaste a hacer deporte y lo dejaste?


Día tras día, año tras año, son muchos los hombres y mujeres que se plantean abandonar la vida sedentaria y ponerse en forma. Saben que la práctica de ejercicio es la mejor herramienta para mantener una buena salud física y mental, pero con la intención no basta.


Mucho@s de ell@s quisieron comenzar en su día, pero abandonaron. Ahora, depositan su ‘fe’ en el inicio del nuevo año que se aproxima, como si hubiera alguna magia oculta en el calendario para cumplir con esta ‘vieja deuda’. Es posible hacerlo. Sólo es necesario cambiar y/o encontrar sus motivaciones.


Cada persona posee una visión personal de cómo funciona la motivación, nuestro propio modelo sobre lo que motiva a las personas. Desde hace años, la población es consciente de la importancia de practicar ejercicio físico para reducir el riesgo de enfermedades crónicas comunes, mantener un buen estado de salud física y mental, movilidad y autonomía. Los mensajes emitidos desde las autoridades sanitarias, sus médicos, amigos, preparadores físicos, así lo atestiguan, pero a la hora de la verdad, la puesta en práctica de esta medida recomendada es todo un reto para buena parte de la población.


'La genética está ahí, para exprimirla'


La buena noticia es que no importan los intentos frustrados, ni lo difícil que parezca, porque es posible empezar a practicar ejercicio aquí y ahora. Las bases genéticas están ahí, para exprimirlas, es la naturaleza humana, aunque fracasemos una vez volveremos a intentarlo. Lo hace el bebé la primera vez que intenta subirse al sofá y se cae, y también el expimentado alpinista que sigue intentando escalar la cara norte del K2.


Se han considerado tres niveles de procesos que influyen y regulan nuestra personalidad, algo importantísimo a la hora de alcanzar un objetivo:


-Un nivel superior marcado por nuestra capacidad de autodeterminación.

-Uno medio, el de los aspectos cognitivos.

-Uno inferior, determinado por factores extrínsecos.

La interrelación entre ellos aúna conceptos como personalidad, capacidad intelectual, creatividad, inteligencia emocional, vocación y motivación, intrínseca y extrínseca.


Un camino para poder cumplir con los objetivos es darnos cuenta de que cuando estamos haciendo algo que nos motiva personalmente podemos mantener la concentración, queremos hacerlo lo mejor posible, no necesitamos recompensa económica o de cualquier tipo a cambio del sacrificio. Porque esta motivación que llega desde dentro tiene poder por si sola y es la que nos conduce a la felicidad. En cambio, la motivación extrínseca, es la que nos conduce a realizar cosas que pensamos o creemos que no necesitamos o no deseamos y es, por ello, que las realizamos pensando en obtener algo a cambio.


Tienes un millón de maneras para motivarte


Sin embargo, puedes lograr el objetivo deseado, a pesar de que hasta ahora todavía lo haya logrado. ¿Sabes cómo?


Hay un millón de maneras de motivarte para hacer ejercicio: Descubrir cómo te sientes tras un entrenamiento, tener tiempo para ti mismo, sentirte mejor persiguiendo o consiguiendo una meta, quemar calorías, divertirte, combatir el estrés, hacerte regalos tras el esfuerzo del ejercicio, etc.


Pero, si pese a gustarte, todavía no has podido consolidar el deporte en tu vida, tal vez la solución esté en cambiar de motivaciones. Existen muchas razones para hacer ejercicio, pero cada persona debe encontrar las suyas.

De hecho, la literatura científica califica a las motivaciones intrínsecas –las que hemos dicho que llegan desde nuestro interior- como 'las fundamentales para realizar las cosas bien y con éxito'. Para llegar a ellas, se requieren algunas cosas:


-Deseo de superar el problema o la tarea.

-Desarrollo de habilidades y hábitos para superar ese problema.

-Ensayo de hábitos exitosos hasta que sean perfectos.

-Una sensación de orgullo y disfrute al realizar la habilidad (el ejercicio).

-Establecimiento de metas repetidas para progresar y mantener la motivación.

Además de lo anterior, es importantísimo algo que ya habrás escuchado más de una vez: tus objetivos deben ser alcanzables, medibles, inteligentes, realistas, y si son emocionantes, mejor que mejor.


10 nuevas motivaciones que quizás te inspiren a 'ser deportista' de una vez por todas


1. Quiero perder peso. Voy a caminar, a correr, a montar en bici. Me siento pesado, me canso, me fatigo, quiero cambiarlo. Es la motivación más simple, salud, prevención, autoestima.


2. Prueba a meterte en la piscina, o en el mar, aunque sea invierno, recuerda lo bien que te hacen sentir los baños en verano. Si te gusta, no pares de nadar.


3. ¿Cuánto hace que no caminas por una montaña 4-5 horas? Prepárate para hacer trekking por la Sierra de Gredos, o en los Pirineos, este verano, o en Nepal, en otoño o en Nueva Zelanda. Disfruta del camino..


4. El Camino de Santiago, este podría ser el año. En bici, andando, corriendo…sólo, en familia o con amigos.


5. Subir alguna cima asequible de 3000 metros con una preparación previa. Llámese, Monte Perdido o Aneto en los Pirineos.


6. ¿Ya eres deportista? pues sube la apuesta. Si ya corres, aumenta la distancia. Si haces dos disciplinas, añade otra: 10 km, media maratón, maratón: Sevilla, Valencia, Barcelona, Madrid, Berlín, Nueva York, con amigos, en familia. Correr, duatlón, triatlón, ironman, ultraman. Pero hazlo en grupo. Disfrutar es el fin. El deporte es un camino y no tienes que demostrar nada a nadie.


7. Si dejaste alguna de estas atractivas actividades en tu cajón de los recuerdos, retómalas: aprender a esquiar, a patinar, a montar en bici, a hacer surf. Algo que dejaste en tu cajón de los recuerdos de la juventud. Pero hazlo con ayuda y guía, buscamos motivaciones, no lesiones ni frustraciones.


8. Sigue abriendo el cajón: rafting en Pirineos, en Costa Rica o en el Zambeze. Prueba a hacer puenting, es más seguro que ir en coche cada día o, si te atreves, intenta meterte en una cueva o bucear, la lista es interminable.


9. Seguramente te llama la atención cómo personas de tu círculo, cercanas, se han enganchado rápidamente al paddle. Puedes probarlo, la iniciación no es difícil y lo mejor es que crea lazos entre amigos o familiares, algo parecido sucede con el esquí.


10. Otras opciones muy recomendables: prueba el Pilates, una disciplina para todas las edades que logra reforzar la musculatura y aumentar el control, fuerza y flexibilidad de nuestro cuerpo. Aunque, como todo ejercicio físico, supone un aumento en el gasto energético y, por tanto, también contribuye a mantener un peso equilibrado. O prueba el boxeo, aunque no compitas, descargarás adrenalina, mejorarás tu resistencia y tu autoestima.


Lo que sí que es fundamental es tener claro que no debes moverte por peligrosos mantras del tipo: 'no hay límites' o de 'tu mente ordena y tu cuerpo obedece'. Tampoco tópicos similares, a veces maravillosos pero en general, dañinos. Recuerda que el mejor tópico debería ser siempre el de: 'tengo ilusión por…'.

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